La Sra. Y-H era pasajera en un tren del metro que se descarriló. En el momento del impacto, fue lanzada a través del vagón y chocó contra un poste, quedando inconsciente. Poco después del accidente, su familia notó que no actuaba con normalidad. Sus médicos confirmaron que había sufrido daño cerebral permanente. La Autoridad de Tránsito (TA, por sus siglas en inglés) sostuvo que no había sufrido daño cerebral o que, si lo había sufrido, no era permanente. Durante el juicio, se contrataron expertos calificados en lesiones cerebrales y disfunción cognitiva, quienes testificaron. El jurado escuchó testimonios convincentes y vio documentación médica que no dejó dudas de que la Sra. Y-H había sufrido dichas lesiones. El caso se resolvió al final del juicio, antes de que el jurado comenzara a deliberar.